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Un caso entre muchos
ARANGUREN OLAZABAL, JUANA
Documento relativo a Juana Aranguren Olazabal.
(AIRMN).

     Natural del caserío Arauntza del barrio de Odria, Juana fue camarera en el hotel Izarra de Azpeitia durante el período republicano. Después de que las tropas sublevadas entraran en Azpeitia, ella y su hermana Maritxu se trasladaron a la capital guipuzcoana para trabajar en el hotel Londres. A mediados de marzo de 1938 dos agentes de la Comisaria de Investigación y Vigilancia, dependiente de la Jefatura del Servicio Nacional de Seguridad, se personaron tanto en el caserío familiar como en las habitaciones que ocupaban las dos hermanas en el hotel Londres, requisando varias cartas, periódicos, y una «moneda de plata atesorada». Tras esta intervención, el 23 de marzo, ambas prestaron declaración en la Comisaria de Investigación y Vigilancia de Donostia, certificándose que la autora de una de las cartas en la que se recogían «manifestaciones subversivas» era Maritxu. En cambio, en la habitación de Juana los agentes habían encontrado varios ejemplares de los diarios Euskadi Roja, Euzkadi, Política y Le Sud-Ouest. Por todo ello, se abrió un procedimiento sumarísimo de urgencia contra ambas hermanas el 28 de marzo. El 30 de marzo Juana declaró ante el juez militar instructor que tenía «ideas políticas algo nacionalistas». Asimismo, dos testigos amigas de Azpeitia, Rosario Orbegozo Unanue (integrante del Círculo Tradicionalista de la localidad) y Antonia Azpiazu Olaizola declararon a favor de las encartadas, asegurando que ninguna de las dos se había manifestado nunca como nacionalista ni habían llevado a cabo «política alguna contraria al Glorioso Movimiento». También el informe de los responsables de Falange de Donostia fueron favorables, puesto que «se observa muy buena conducta y son muy trabajadoras». Sin embargo, los máximos dirigentes franquistas de Azpeitia, Roque Astigarraga (alcalde), Hilario Bereciartua (jefe local de Falange) y Hermenegildo Calvo (comandante de la Guardia Civil), las calificaron en sus respectivos informes de haber sido «activas propagandistas del partido nacionalista vasco», «al igual que toda su familia». Incluso el informe de la benemérita apuntaba a que «se rumorea que tienen en su domicilio reuniones de personas destacadas de dicho partido...siendo más bien reuniones de amistades. y con algunas familias de unos individuos que habiendo pertenecido al Tercio de S. Ignacio huyeron al campo rojo».

      Por todo ello, Juana fue encarcelada en Ondarreta el 2 de julio de 1938, si bien, el 11 de octubre del mismo año se dictó su libre absolución y su puesta en libertad, señalándose en la sentencia que la mera tenencia de los periódicos incautados «no constituye el delito de rebelión perseguido sino una demostración de su ideología rojo-separatista»(*).


[Azpeitiarras juzgados por tribunales militares franquistas — Leer más casos]
Un testimonio

Nuestro hermano Dionisio murió en el combate de Otxandio.

Entre 1940 y 1943, me recluyeron en un batallón de trabajadores en África.

 

[Basilio Urbistondo Lasa — Leer el testimonio completo]
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