Casiana fue expulsada de Azpeitia junto con sus cuatro hijos menores de edad en febrero de 1937, por orden del comandante militar Emilio Gómez del Villar. Previamente, en octubre de 1936, la Junta de Guerra Carlista de Azpeitia la había sancionado con 500 ptas. El destino de esta familia fue el pueblo navarro de Ollakarizketa, donde residía un familiar. Carmen permaneció en aquella localidad una semana, Luis y Carmelo dos semanas, y Casiana y el menor de los hermanos, Imanol, un mes. Mientras tanto, el marido de Casiana y el hijo mayor, Carmelo y José respectivamente, marchaban hacia un exilio que les llevaría hasta Filipinas. Antonio (otro de los hijos), por su parte, acabaría recluido en un batallón de trabajadores tras combatir en las filas del batallón Loyola(*).

En el penal de Dueso tuvieron al padre en zonas de tierra muy baja, y al subir la marea el agua le solía llegar a la cintura.
A mi padre, como era rojo, al salir de la cárcel no le dieron trabajo en Azpeitia.
Cada año, cuando llegaba el 18 de julio, me daba cuenta de que mi madre solía ponerse muy nerviosa.