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Un caso entre muchos
ZABALETA OLAZABAL, GLORIA
Documento relativo a Gloria Zabaleta.
(AIRMN).

     Alpargatera de profesión y militante de Emakume, Gloria fue detenida e interrogada por la Guardia Civil de Azpeitia el 13 de abril de 1938, tras la denuncia interpuesta por varios vecinos de Azpeitia. A Gloria se le acusaba de haber participado en las requisas de gallinas efectuadas tanto en la casa del párroco como en la del exalcalde del barrio de Nuarbe en agosto de 1936. En su declaración, Gloria relató cómo los azpeitiarras Anastasio Errasti «Achero» y José Maria Garmendia «Koipe» les invitaron a ella y a su amiga María Altuna a subir al coche que conducían, dirigiéndose al barrio de Nuarbe. Según la encausada «los chicos marcharon a por un recado» quedando ellas en el coche, desconociendo éstas los decomisos que se practicaron. Sin embargo, la Guardia Civil hizo constar al juzgado de instrucción de Donostia que además de esta supuesta participación en requisas, Gloria había servido como cocinera para los milicianos movilizados en Azpeitia. Asimismo, los informes del jefe local de falange de Azpeitia, Hilario Bereciartua, y del alcalde, Roque Astigarraga, incidieron en el ideario nacionalista de las encausadas, calificándolas de «exaltadas separatistas», y proponiendo testigos que podían certificar la implicación de las detenidas en los decomisos practicados en Nuarbe. Trasladada a la prisión de Ondarreta, en noviembre de 1938 prestó declaración ante el juez militar instructor, ratificándose en lo que ya había declarado ante la Guardia Civil de Azpeitia en el caso de las requisas por las que fue denunciada. Del mismo modo, Gloria, al igual que María, reconoció su pertenencia a Emakume, si bien, limitó su actuación a los servicios prestados en las cocinas habilitadas para los milicianos. Con todo, el 10 de enero de 1939 Gloria y María fueron condenadas a 4 meses de arresto mayor. No obstante, fueron puestas en libertad al considerar el tribunal que la pena había sido abonada mediante el tiempo que habían permanecido en prisión preventiva(*).


[Azpeitiarras juzgados por tribunales militares franquistas — Leer más casos]
Un testimonio

Cogieron a «Txaiber», lo llevaron al campo y lo fusilaron.

Al rector le pusimos el apodo de «oiloa» (gallina), ya fue muy cobarde con este tema.

Al médico donostiarra lo mataron en la pared del cementerio, y lo enterraron allí.

Paradójicamente ni la iglesia ni la basílica sufrieron daño alguno, pero murieron dos personas en ese acto de propaganda fascista.

 

[Xabier Arregi Arozena — Leer el testimonio completo]
[Otros testimonios]