Los pies perdidos
En lo que hoy es Turquía hay un lugar llamado Karatepe, que existía ya en el siglo octavo antes de nuestra era.
En aquel tiempo los hombres de Karatepe iban mal calzados, porque tenían que andar entre rocas y senderos de montaña y el material de sus sandalias era de mala calidad.
Un día apareció un zapatero en Karatepe.
Iba elegantemente calzado, y en su carro traía cuero de excelente calidad.
Los hombres de Karatepe echaron sus sandalias al fuego y le ordenaron que les hiciese calzado nuevo para todos.
Mientras el zapatero preparaba su taller, los hombres se sentaron a la sombra comiendo aceitunas.
Y el centro de aquel círculo era un montón de pies sucios y descalzos.
¡Mirad, hemos mezclado nuestros pies! dijo un hombre.
¿Cuál es mi pie derecho? dijo otro.
¿Y mi izquierdo? dijo un tercero.
Nadie sabía dónde tenía los pies, todos eran iguales, sucios y desnudos, y era imposible distinguirlos.
Entonces llamaron al zapatero.
Zapatero, ayúdanos: no podemos encontrar nuestros pies, están todos mezclados.
El zapatero dejó el cuero y sus herramientas de cortar y coser, y empuñó una vara de avellano que llevaba para arrear a su mula.
No sabemos cuáles son los pies de cada uno.
El zapatero se puso a golpear los pies con la vara de avellano.
¡Ay!
¡Ay! ¡Ay!
¡Ay, ay, ay!
Cada vez que golpeaba un pie, su propietario se levantaba todo dolorido, y salía corriendo.
Y así es como los hombres de Karatepe recuperaron sus pies.
Texto: Koldo Izagirre
Traducción: Koldo Izagirre
Voz: Iñaki Berazategi