Cuentos

Ambeco y Aguatí

Este es el cuento de Ambeco, que en lengua carabalí quiere decir venado, que es como se le dice al ciervo en Cuba, y Aguatí, que es tortuga, y que en Cuba se le llama jicotea.

Una vez se juntaron el venado y la jicotea, o sea, el ciervo y la tortuga, o sea, Ambeco y Aguatí, y se desafiaron a una carrera.

Todos sabéis que el ciervo corre mucho, y la tortuga va muy despacio. Por eso todos pensaban que Ambeco ganaría la apuesta fácilmente

—¡Te doy tres días de ventaja! —le dijo Ambeco.

—No quiero ventaja ninguna, solamente necesito quince días para prepararme —respondió Aguatí.

El venado concedió a la jicotea quince días para prepararse y cada uno se fue por su lado, quedando citados para el día de la apuesta.

Mientras el venado, o sea, el ciervo, o sea, Ambeco se entretuvo en burlarse de la jicotea con la gente del pueblo y con los demás animales, la jicotea, o sea, la tortuga, o sea, Aguatí llamó a dos jicoteas amigas suyas y les dijo que el día de la apuesta se situaran una en cada uno de los pueblos que tenían que pasar en la carrera, para que saludasen al ciervo cuando llegara corriendo.

Llegó el día de la apuesta. Las jicoteas amigas se colocaron cada una en su pueblo y Aguatí se juntó con Ambeco para comenzar la apuesta.

Dieron la señal de partida y se pusieron a correr. Al poco Ambeco se perdió de vista y Aguatí, en vez de correr, se escondió bajo una mata.

Ambeco seguía corriendo, cantando a cada rato:

Ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó.

Al llegar al primer pueblo, Ambeco pensó que había llegado con tanta ventaja que tenía tiempo de afeitarse, y entró en la barbería cantando:

Ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó.

Pero cuando estaba a medio afeitar, vio una jicotea en la calzada, una tortuga, que le cantaba así:

Aguatí langué, langué, langué,

aguatí langué, langué, langué,

aguatí langué, langué, langué.

Lo que quiere decir «La tortuga ya llegó, ya llegó, y llegó».

Ambeco, al ver y oír a la jicotea, creyó que era Aguatí la que cantaba, y dio un brinco y salió corriendo sin acabar de afeitarse. Por eso, el ciervo sólo tiene pelo en una parte de la cara.

El venado siguió corriendo y, confiado en la gran velocidad de su carrera, pensó que si había perdido la primera parte de la apuesta, no podría perder las que le faltaban, y volvió a cantar:

Ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó.

Llegó al segundo pueblo. Tenía hambre, y como pensó que le sobraba tiempo, se fue a comer muy contento:

Ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó.

Todavía no había comido sino unos pocos bocados, cuando vio una jicotea, una tortuga, que le cantó así:

Aguatí langué, langué, langué,

aguatí langué, langué, langué,

aguatí langué, langué, langué.

Ambeco pensó que Aguatí ya había llegado y echó a correr, asustado y sin comer. Corrió, corrió y corrió y llegó de vuelta al pueblo de salida, muy confiado en que ganaba la apuesta.

Ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó,

ambeco rimagüe quindan-dá, core nyaó.

Pero Aguatí oyó el canto de Ambeco. Salió de su escondite y puso a recorrer la poca distancia que la separaba la meta, y llegó antes que Ambeco.

Aguatí langué, langué, langué,

aguatí langué, langué, langué,

aguatí langué, langué, langué.

Cuando llegó Ambeco todo el pueblo y los demás animales se burlaron de él, porque había perdido la carrera con Aguatí. Ambeco huyó a la montaña y no quiso volver más al pueblo. Por eso el ciervo vive en el monte y no quiere bajar al pueblo.

Texto: Koldo Izagirre

Traducción: Koldo Izagirre

Voz: Iñaki Berazategi

Este es el cuento que cuenta la carrera que hicieron Ambeko y Aguatí, el ciervo y la tortuga, y viene sudando desde Cuba

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