Escribiente de profesión, José estuvo afiliado al PNV durante el periodo republicano. Tras el inicio de la guerra pasó a formar parte del Comité de Hacienda y fue vocal de la Sección de Trasporte. Una vez fuera de Azpeitia quedo enrolado en el batallón Amayur,(*) donde actuó en servicios de trasmisiones militares, hasta que fue capturado en Laredo en agosto de 1936.
Trasladado a la prisión de Ondarreta, fue procesado en consejo de guerra a partir de finales de 1937. Según los informes aportados por las autoridades locales de Azpeitia y algunos vecinos, José participó en requisas y sanciones de personas de derechas. También se le acusó de haber exhibido a modo de trofeo dos boinas rojas que pudieran haber pertenecido a dos requetés asesinados, si bien, las pesquisas judiciales no pudieron corroborar este hecho. En cuanto a su comportamiento con los presos de derechas, el tribunal sentenció que «es dudoso» puesto que «mientras algunos testigos afirmaban haberles facilitado la libertad, otros dicen que propuso su conducción a Bilbao al evacuar el pueblo el Comité». Con todo, José fue condenado a 30 años de prisión por un supuesto delito de «rebelión militar» el 21 de julio de 1938(*). Un mes más tarde, declaró desde la prisión de Ondarreta como testigo en la causa abierta contra Avelino Moral, exculpándole de cualquier responsabilidad en el Comité de Defensa de Azpeitia(*). El 29 de noviembre de 1938 fue trasladado a la prisión central de Burgos, penitenciaría en la que permaneció encarcelado hasta que el 4 de abril de 1941 se le concedió la libertad condicional. Tras su liberación estableció su residencia en Arrasate(*).
Muchos de los que huyeron nunca regresaron; murió mucha gente conocida en la guerra.
Cortaban la hierba con las tijeras, la cocían, y se la comían para quitar el hambre que tenían.