La ignorancia de Confucio
Confucio era un filósofo que vivía en la China de la dinastía Zhou, hace unos dos
mil quinientos años. Se decía que era el más sabio del mundo conocido, y todos lo respetaban.
Cierto día que iba a la fuente a por agua, vio a una pareja joven que discutía acaloradamente.
Confucio se detuvo a observarlos.
—El sol está más cerca de nosotros cuando sale y más lejos al mediodía —decía el chico.
—No —decía la chica—, está más lejos cuando sale y más cerca al mediodía.
El chico no estaba de acuerdo, y dijo:
—Cuando sale, tiene el tamaño de una gran rueda. Parece un plato. Eso se debe a que cuando está cerca se ve más grande, y cuando está lejos se ve más pequeño.
Pero la chica tenía otro argumento:
—Cuando sale aún está frío, pero a mediodía nos calienta. Eso quiere decir que cuando sale está lejos, y al mediodía está cerca.
El chico se quedó callado, pensativo. Pensativo como el hombre que estaba escuchándoles.
El chico dio un codazo a la chica. Ella también se dio cuenta de que un anciano los escuchaba. Y ambos reconocieron al sabio.
—Dinos, gran Confucio —le preguntó el chico—, ¿quién de nosotros tiene razón?
Y Confucio confesó que no sabía quién de los dos tenía razón, porque el sol parece, por su tamaño, más cercano cuando sale; pero, por su calor, más cercano al mediodía.
Entonces, la chica, enfadada, le dijo:
—¿Y tú eres el más sabio de China?
Texto: Koldo Izagirre
Traducción: Koldo Izagirre
Voz: Iñaki Berazategi
