Inaxio Uria, de 71 años y padre de 5 hijos, fue tiroteado por miembros de ETA el 3 de diciembre de 2008. El atentado mortal ocurrió en torno a las 13:00 h, a pocos metros de su domicilio y del edificio que ocupa la empresa de la que era consejero, la constructora Altuna y Uria, en la plaza Ignacio de Loiola de Azpeitia. Inaxio Uria se dirigía en aquel momento al restaurante Kiruri, al que acudía diariamente a jugar a las cartas junto a varios amigos.(*)
Altuna y Uria era (y lo continúa siendo en la actualidad) una de las constructoras más importantes de Gipuzkoa, con más de 350 empleados. Entre las obras que tenía adjudicada se encontraba varios tramos del Tren de Alta Velocidad (TAV), cuyo proyecto había sido fuertemente criticado por una parte de la sociedad vasca y por ETA. Ya en marzo de 2007 varios vehículos de la constructora habían sido atacados al igual que sedes y maquinaria de otras empresas adjudicatarias. Además de ello, según fuentes policiales, el empresario había sido amenazado por no efectuar el pago que se solicitaba relativo al llamado “impuesto revolucionario”.(*)
Tras conocerse la noticia del fallecimiento de Inaxio Uria el comité de empresa de Altuna y Uria emitió un comunicado de prensa en el que rechazaba y condenaba enérgicamente el atentado mortal. Asimismo, representantes políticos e institucionales condenaron lo sucedido y mostraron su apoyo al proyecto del TAV. La Asociación de Municipios Vascos (EUDEL) llamó a concentrarse a mediodía del día siguiente en todos los ayuntamientos de la CAV, y el Gobierno Vasco convocó a una manifestación en Azpeitia tras el funeral previsto para el día 5 de diciembre.(*)
Su muerte causó una gran conmoción en la sociedad vasca, en general, y en la de Azpeitia, en particular, debido fundamentalmente al arraigo de esta persona al municipio. La sociedad azpeitiarra dio enormes muestras de pesar y de solidaridad con respeto a su familia, pero al mismo tiempo el atentado originó una situación de grave deterioro social. La familia y amigos de Inaxio Uria se concentraron anualmente en Loiola hasta el año 2013, junto al monolito erigido en el lugar en el que se cometió el atentado. La familia quiso dar por finalizado este acto público en 2014, para a partir de entonces recordar su memoria en la intimidad.
La conmoción social se ha ido paulatinamente reduciendo debido a los numerosos gestos de solidaridad que desde diferentes ámbitos del municipio, incluido el propio consistorio, se han producido a lo largo de los años. Destaca especialmente el acto de celebración del 50 aniversario de la empresa Altuna y Uria, en la que participaron innumerables representantes de la sociedad vasca, junto con el lehendakari Iñigo Urkullu, el diputado general de Gipuzkoa Markel Olano y el alcalde del Ayuntamiento de Azpeitia Eneko Etxeberria.
Inaxio Uria fue la cuarta persona fallecida en atentado de ETA en el año 2008, y la última víctima mortal de motivación política azpeitiarra y en Azpeitia.(*)