1979 fue el año más cruento en cuanto al número de víctimas mortales en Azpeitia a consecuencia de la violencia de motivación política. Seis fueron los guardias civiles se les conculcó su derecho a la vida en dos atentados perpetrados por la organización armada ETA.
El primero de ellos se produjo el sábado 13 de enero a las 03:00 h en la carretera que una Azpeitia con el santuario de Loiola. La explosión que acabó con la vida de Francisco Gómez Gómez-Jiménez e hirió de gravedad a Juan Muñiz Sánchez fue provocada por un artefacto colocado en el talud derecho de la carretera y accionado mediante un sistema eléctrico conectado a unas pilas. Aproximadamente cuatro horas más tardes agentes de la Guardia Civil entre los que se encontraban varios miembros de los TEDAX (equipo de desactivación de explosivos de la Guardia Civil), procedieron a inspeccionar la zona y el artefacto utilizado. En esas labores de manipulación del explosivo murió otro agente del instituto armado, Miguel García Poyo, y resultó herido el técnico de los TEDAX Francisco Mota Calvo, quien dos días más tarde falleció en el hospital.(*)
En segundo de los ataques se cometió el 28 de noviembre en el bar Izaro de Azpeitia. Los guardias civiles Antonio García Pérez, Antonio Alés Martínez y Pedro Sánchez Marfil se encontraban en el interior del establecimiento, cuando un comando de ETA les ametralló apartando previamente a la mujer de uno de los agentes. Las tres víctimas fallecieron en el acto.(*)
En 1979 ETA, ETApm y CAA fueron responsables de 80 víctimas mortales, mientras que la organización parapolicial BVE acabó con la vida de 8 personas.(*)