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Inicio » Volumen I » 5. Testimonios » Kontxi Egibar Etxeberria

En el penal de Dueso tuvieron al padre en zonas de tierra muy baja, y al subir la marea el agua le solía llegar a la cintura.

A mi padre, como era rojo, al salir de la cárcel no le dieron trabajo en Azpeitia.

Cada año, cuando llegaba el 18 de julio, me daba cuenta de que mi madre solía ponerse muy nerviosa.

 

Tu padre fue uno de los azpeitarras que fue a hacer frente a las tropas sublevadas Kontxi. ¿Qué sabes acerca de tu padre?

Era socialista, decía que era rojo y que fue a la guerra en favor de los trabajadores. Cuando lo detuvieron estuvo preso en la cárcel de El Dueso, en Santoña.

¿Os contaba algo acerca de lo vivido allí?

Decía que el modo de vida de allí era muy duro. Les solían tener en un sótano, y cuando subía la marea, y puesto que mi padre era pequeño, solía estar con el agua hasta la cintura. Decía que allí había muchos piojos y que enfermó de tifus. Pero también había cosas que no quería contarnos. Mi padre no pudo declarar porque no sabía ni una palabra en castellano y no entendía lo que le decían. Por lo que nos dijo uno que estuvo con él, por ese motivo lo dejaron morado. Después lo llevaron a Donostia, a la cárcel de Ondarreta.

Por lo tanto las condiciones de la cárcel eran muy duras. Y mientras, ¿cómo era la vida de los familiares que se quedaron en el pueblo?

A mí madre y a mis dos hermanos, que tenían tres y cuatro años, les dieron la orden de que salieran fuera de Azpeitia, desterrados. Estuvieron escondidos en casa de un primo de mi madre durante dos años, sin salir de casa. Luego los niños empezaron a salir al prado, pero un vecino los vio y les puso una denuncia en el ayuntamiento de Azpeitia. Entonces, el alcalde le llamó a mi madre para que fuera a declarar. Cuando vio a esa mujer con aquellos dos niños le preguntó si tenía a alguien que les acogiera, y le respondió que sólo tenía a su madre, porque tenía a otros dos tíos en la guerra. Le dijeron que fuera a vivir con su madre y escolarizara a los niños, por lo que se alojaron allí hasta que terminó la guerra. Cuando regresaron los tíos se buscó otra casa para vivir. Pero mi madre no tenía dinero. El poco dinero que tenía lo sacaba cosiendo alpargatas. Los dos niños solían tener que ir a los servicios sociales o a la falange a comer y a cenar. Este local se encontraba en Etxezuri.

¿Cómo vivió tu padre el regreso al pueblo?

A mi padre, como era rojo, al salir de la cárcel no le dieron trabajo en Azpeitia y se tuvo que marchar a Eibar a trabajar.

¿Iba todos los días a Eibar?

Todos los días no. Se quedaba en Eibar y venía una vez a la semana. Muchas veces no tenía dinero ni para pagar el autobús, por lo que solía venir andando desde Eibar hasta Azpeitia. Solía venir los sábados y se marchaba los domingos a la noche o los lunes a la mañana.

Él hablaba poco acerca de este tema.

No contaba casi nada.

¿Y tu madre? ¿Solía contaros más cosas?

Mi madre tampoco. Al hablar sobre el tema se ponía nerviosa, se notaba que había sufrido mucho. Cada año, cuando llegaba el 18 de julio, me daba cuenta de que mi madre solía ponerse muy nerviosa.

Tu hermano también tuvo que soportar represalias, ¿por qué?

Mi hermano estaba afiliado al sindicato ELA, y solía tener a la Guardia Civil por detrás, porque ELA era ilegal. Vinieron a buscarle a casa, pero no lo encontraron, ya que para entonces ya se había escapado. Pasó trece años fuera del pueblo. Fueron años en los que lo pasamos muy mal, ya que no sabíamos por donde andaba. Cuando se casó, pudimos saber que se encontraba en Bilbao. Cuando tuvieron al primer hijo, mi madre solía ir a cuidarlo, porque mi hermano estaba en una situación clandestina y su mujer trabajaba. Yo, cuando solía coger el autobús para ir a visitarlos, miraba quienes habían subido al autobús, para saber si me estaban siguiendo. Iba con miedo durante todo el trayecto, y también al llegar a Bilbao, tenía que andar a escondidas, para que no me viera nadie.

Aún y todo lo vieron y lo denunciaron.

Un vecino le vio cuando al tener al primer hijo fue al juzgado a inscribirlo, y lo denunció.