Cuentos

El viejo y los pájaros y los peces

Había una vez un anciano indio cherokee, tan anciano que no tenía fuerzas para cazar ni pescar. A veces se quedaba sólo, porque la tribu salía a cazar, a pescar o a guerrear, y pasaba mucha hambre.

Pensaba que iba a morir. Sólo podía alimentarse de los productos de su pequeña huerta. Estaba demasiado débil para bajar al río, y no tenía fuerzas para tensar el arco.

Pero una noche, en sueños, llegó hasta su tipi la pequeña gente, los enviados de Manitú.

Le enseñaron cómo hacer una cerbatana, le enseñaron a hacer dardos, y le enseñaron a cazar pájaros.

A la mañana siguiente tenía una cerbatana en su tipi, con sus dardos.

Estuvo ensayando toda la mañana, disparando dardos con la cerbatana. Cuando pensó que ya había aprendido a disparar bien, se acercó a un pequeño maizal.

Esperó y esperó.

Llegaron los pájaros a comer el grano, y el anciano cheroki disparó su cerbatana. Volvió al tipi con muchos pájaros. Los desplumó, los asó y los guardó para tener una buena reserva.

Así pudo comer verdura y carne.

Cuando se sintió más fuerte, bajó al río con su cerbatana y volvió a su tipi con una buena cantidad de pescado. Lo limpió, lo asó y lo guardó para tener una buena reserva de pescado.

El viejo cheroki era feliz.

Cuando asaba, extendía un agradable aroma por los alrededores. Un día, atraído por el olor del asado, se le acercó un hombre. Le pidió de comer. El anciano lo invitó a su tipi, y allí el visitante pudo ver una gran cantidad de pájaros y de pescados asados. Pensó que aquel anciano no podría comer tanto, y decidió que era más justo que se lo comiese él.

Y pensando que tenía razón, el hombre mató al anciano.

Después se dispuso a comer los pájaros y los pescados.

Pero cada vez que se llevaba un pájaro a la boca, el pájaro recuperaba sus plumas, agitaba las alas, escapaba de la mano de hombre y se echaba a volar.

Y cada vez que se llevaba un pescado a la boca, el pescado recuperaba sus escamas, agitaba su cola, escapaba de la mano del hombre y se deslizaba hasta el río.

Y así es como el hombre que mató al anciano que cazaba pájaros y pescaba peces murió de hambre.

Texto: Koldo Izagirre

Traducción: Koldo Izagirre

Voz: Iñaki Berazategi

Este es el cuento del viejo y los pájaros y los peces, y viene disparando flechas desde la tierra de los indios cherokees

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